Desde sus inicios, en los Estados Unidos durante la década del 80, Ashoka comenzó a identificar y apoyar a emprendedores sociales con las ideas para el cambio social más innovadoras y con mayor impacto en el mundo.

Su fundador, Bill Drayton, tuvo el objetivo de encontrar emprendedores sociales que trabajaran sobre alguna problemática urgente de la sociedad para así proporcionarles todo el apoyo necesario para que sus innovaciones tuvieran éxito.

Ashoka se fue expandiendo rápidamente por el mundo. En 1986, seleccionaron los primeros Emprendedores Sociales en, Bangladesh y Nepal, y en 1987, en Brasil y luego en México. Se continuaron agregando países de Asia, África, América Latina y Europa Central y del Este
durante la década del 90.

Para el año 1988, Ashoka ya tenía 100 emprendedores sociales en cuatro países y se dedicaba a crear y fortalecer la comunidad a través de un Sistema de Apoyo para Emprendedores Ashoka. Este ayudaba a los miembros a saber en qué estaban trabajando los otros y dónde podían encontrarse unos a otros en caso de que tuvieran un problema o simplemente
estuvieran viajando.

Esta comunidad se convirtió en un grupo de apoyo mutuo y en la primera asociación profesional del mundo integrada por emprendedores sociales de alto impacto. Cada vez fue más evidente la noción de que “Más poderoso que un emprendedor es una Red de Emprendedores Sociales”. 

Al día de hoy, luego de casi 40 años de experiencia, la organización cuenta con unos 3500 Emprendedores Sociales en más de 95 países e impulsa la Red de Emprendedores Sociales más grande del mundo.

Luego de reclutar más de 1.000 Emprendedores Sociales alrededor del globo, a finales de la década de 1990, Ashoka había sentado las bases del campo del emprendimiento social en el mundo, cumpliendo uno de sus principales objetivos. Por ello, en 2005 Ashoka cambió formalmente su foco por la visión “Todos somos agentes de cambio™”.

Estamos viviendo un momento verdaderamente histórico, en el que se vislumbra una nueva manera de vivir, trabajar e interactuar. Y en el que es más visible que nunca la capacidad que toda persona tiene para crear un cambio positivo. Impulsar la transformación y transitar hacia un nuevo paradigma depende de cada uno de nosotros.