La vida parroquial de Diego Vargas (19) comenzó a los siete años. A través de la experiencia de participar en misiones, conoció realidades ajenas a las de él, donde las personas no contaban con luz eléctrica y muchas veces los niños no tenían un colegio al que asistir.
Cuando se encontraba ad-portas de cumplir sus 18 años se dio cuenta sobre la necesidad que tenía de contribuir a la sociedad,que el país y el mundo fueran un lugar mejor. Buscó entre varias opciones partidos políticos y organizaciones de trabajo social y fue así que llegó a un movimiento gremial.
Se unió a Gremialistas Universidad de Tarapacá (GUT), quienes realizan charlas para preparar a jóvenes líderes para la sociedad, formarlos con carácter social, que tengan claro que están para servir a la gente y no para el beneficio propio.
Diego afirma que “a veces cuesta, pero denle, fórmense, a pesar de cualquier cosa que se nos pueda presentar, siempre hay que seguir luchando para que este sea un mundo mejor”.